ACEITE ROSA MOSQUETA Y VITAMINA E – ANTIEDAD
La rosa mosqueta (Rosa eglanteria) es un arbusto que crece de forma silvestre y que pertenece a la familia de las rosáceas. Sin embargo, también se cultiva, sobre todo, en el Reino Unido. Es nativa de Europa y posee una flor de color rosa pálido muy atractiva. El fruto que arroja se denomina escaramujo y se utiliza tanto para hacer mermeladas y dulces como infusiones. En cambio, el aceite cosmético del que aquí hablamos se extrae de sus semillas.
La principal cualidad del aceite de rosa mosqueta es su carácter cicatrizante. Esto ha sido demostrado por varios estudios, entre ellos uno realizado por la Facultad de Farmacología de la Universidad de Concepción en Chile. Por ello, suele recomendarse para el tratamiento de suturas postoperatorias y quemaduras.
Pero ¿por qué tiene este efecto cicatrizante? Fundamentalmente, porque activa los fibroblastos que, posteriormente, inician el proceso de síntesis de elastina dérmica y colágeno. Además, dado que también es un astringente, ayuda a unir los tejidos rotos de la epidermis.
Sin embargo, el aceite de rosa mosqueta tiene otras muchas propiedades que debemos conocer:
- Antioxidante. Es muy efectivo a la hora de luchar contra los radicales libres que provocan el estrés oxidativo de las células y el envejecimiento cutáneo prematuro. Es por ello que suele utilizarse también para combatir los signos de la edad y las manchas derivadas de la exposición solar.
- Refuerza el sistema inmune. Dado que también es rico en vitaminas A, C y E.
- 100 % natural. Esto hace que no genere ningún tipo de reacción alérgica sobre la piel y que sea apto para veganos. Además, puede presentarse también en gel y en crema.
- Aplicación muy agradable. La textura suave e hidratante del aceite de rosa mosqueta hace que usarla mediante un masaje resulte muy placentero.
- No interfiere con otros tratamientos. No importa si también tienen origen natural o si son químicos. Sus agentes son totalmente neutros en este sentido.